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marzo17

M.I.F. UNIDAD NACIONAL Y UNIVERSALIDAD.

M.I.F. UNIDAD NACIONAL Y UNIVERSALIDAD.

 

UNIDAD NACIONAL Y UNIVERSALIDAD.

Para el falangismo las sociedades recorren a lo largo de la historia una serie de escalones objetivos que en si no son ni positivos ni negativos, simplemente son:

Del inferior al superior: Tribu, Pueblo, Nación, Patria Imperio.

La agrupación tribal nace debido a que si el hombre es un animal racional gravitan en él los mismos resortes que en el resto de los animales. Normalmente los individuos se agrupan por afinidades raciales, dando lugar con el tiempo -incluso superado este estado-a espacios geográficos caracterizados por contener razas bien diferenciadas de sus convecinos.

Ahora bien, la fijación de la dinámica histórica de una determinada comunidad es este escalón, es el punto de desenfoque de todas las teorías racistas, que dan en el primer escalón el rango superior, invirtiendo el orden histórico natural, lo que produce un estancamiento, dando lugar a la sobrevaloración de la propia raza.

Por reacción surge el antiracismo, que comete el mismo error sólo que al revés, aboliendo el factor racial dentro del hombre, con justificaciones pseudo-humanitarias, como si fuesemos capaces de elegir entre pertenecer o no al reino animal..

La Falange no se desvía ni hacia el racismo ni hacia el antirracismo. Reconoce a las razas sus valores objetivos -que diferencia claramente de los culturales y que -jamás pueden constituir causa de discriminación- y prosigue la andadura hacia escalones de orden superior.

Entendemos que la agrupación en forma de Pueblo es el resultado de pasar a ser dominante el factor racional, al mismo tiempo que el racional deviene en recesivo.

Así el hombre empieza a entender, y por tanto a desarrollar su sentido social, incorporándose a esferas de acción superiores a las individuales, familiares o tribales, contribuyendo a enriquecer a la agrupación en la que se inserta y reciprocamente, resulta tambien enriquecido a través de la cmunión en un mismo fin con otros individuos.

Por así decirlo el factor racional consigue romper y superar al caracter individualista que todos tenemos, y a partir de aquí el individuo se expande concentricamente asumiento anillos circundantes cada vez más desarrollados.

Así toma conciencia -con el centro en el individuo- de pueblo municipal, comarcal, provincial, regional, nacional, que es el último anillo asentado históricamente hasta hoy.

Entendemos por Nación el resultado histórico de un pueblo nacional que a lo largo de los siglos ha llevado a cabo empresas nitidamente diferentes de otros marcos o naciones; dicho de otra forma: el Estado de Nación lo otorgan las otras naciones de referencia y por tanto sólo se puede ser Nación frente a otras, no aisladamente.

Pero como el soporte físico es el pueblo nacional, ocurre que si la comunidad retrocede de anillo o nivel de conciencia alcnzado, la nación se resiente y entra en zozobra; cuando se pierde la de pueblo nacional entra en juego inmediatamente otra de rango inferior -separatismo- pudiendose volver al origen -individuo- que sería la pérdida del sentido social del mismo y es lo que llamamos "individualismo".

La Falange entiende perfectamente la jerarquía de los anillos y considera que, para una sociedad que haya conseguido un nivel determinado, significaría un retroceso inadmisible invertir el camino andado; por ello nos oponemos rotundamente a cualquier intento de secesión o de debilitamiento nacional, alcanzado a lo largo de siglos en nuestra nación española.

Sólo cabe un camino y es el que lleva hacia arriba, o sea, el añadir nuevos anillos y alcanzar la conciencia de pueblo universal o continental, teniendo cuidado claro está, de no caer en las formas internacionales conocidas hoy por hoy (globalización) y que en contra de ser supra-nacionales son supernacionales, sirviendo sólo para el dominio real -bajo la capa de igualdad teórica de las naciones hegemónicas- sobre las otras -satélites-, lo cual hace imposible alcanzar el anillo superior al nacional.

Entendemos por Patria la misión colectiva que aglutina a una nación y que tiene una proyección universal, o sea hacia dentro y fuera de las fronteras del pueblo nacional en cuestión. Es el motor que empuja un colectivo afirmándolo con tal ante la Histórica y por tanto la savia que vivifica el árbol nacional, dando continuamente nuevos frutos y hundiendo cada vez más sus raices en el suelo histórico.

Esta empresa es la consecuencia de la cultura que asume el colectivo, entendiendo por dultura la forma de concebir el hombre, la sociedad y la interrelación ente ellos, o sea una interpretación TOTAL de dónde se viene, dónde se está ,a dondé se va, por qué hay que hacerlo y cómo debe hacerse. Cuando la cultura que ha creado la Patria languidece o muere, la nación se enfrenta desnuda a las tempestades políticas del momento, siendo entonces cuando se dice que se está ante un corte histórico de la comunidad nacional, que de no resolverse -mediante la aportación de una nueva cultura que reanime ese cuerpo, relanzandolo hacia delante, puede producirse su colapso con la consiguiente desaparición, ya sea via extinción o por absorción, de otras naciones más vigorosas.

La España de la 5ª época se quedo exhausta y vacía a partir de 1900, por caída de la cultura tradicional ante la arremetida, primero de la cultura liberal y, después de la socialista marxista. La sociedad española no fue capaz de asumir lo que de positivo podían contener las nuevas corrientes, con las cosniguientes tensiones, reflejadas en guerras civiles, expresión máxima de nuestra crisis moderna. Aún no se ha repuesto la Patria perdida lo que se ha traducido en una inestabilidad política crónica a lo largo del siglo XX.

Estamos pues, desnudos, sin Patria y, por tanto, en trance de colapso. La Falange quiere resueltamente que prosiga la trimilenaria historia de España y, por ello, desea abrirles las puertas de su 5ª época nutriéndola de una nueva cultura basada en la cosmovisión que contiene nuestra ideología y de esta forma llenar el vacío existente.

Entendemos por Universalidad el sentido universal de la vida, o sea, la consecución y afirmación en el exterior y ante la historia de la misión colectiva de proyección universal emprendida en el anterior estado de Patria. Por así decirlo, es la plenitud de los pueblos que han dejado, dejan o dejarán su huella en los tiempos históricos. Es lo que, José Antonio, en lenguaje de su época llamaba Imperio. Y resulta inevitable subir a este último escalón, pues la otra solución es el aislmiento; toda cultura está en expansión o en retracción, y cuando una nación ha conseguido catapultarse hacía la história a través de una Patria, entra irremisiblemente en su fase Universal.

La palabra Imperio tiene, en el contexto doctrinal nacional-sindicalista, un sentido claro y diáfano; repásense los textos de José Antonio o de Sánchez Mazas y se aclarará como esa afirmación hispánica, esencia de nuestra plenitud histórica, entra cabalmente en nuestra ideología.

No se trataba de reivindicaciones territoriales (que si estaban en todas las naciones europeas sin distinción de ideologías de la época) ,sino de una afirmación que, en palabras del Fundador, estaba basada en la preminencia de lo espiritual.

El "imperare" latino, el mando es, en nosotros, la influencia de nuestros valores ideológicos, de nuestra manera de entender la vida, en el mundo, significa alcanzar en el devenir histórico, para España, nuestra Patria, el puesto que le corresponde en el concierto de las naciones y, por sus propios méritos, obtener el respeto de los demás y convertirse en fórmula de salvación para los otros pueblos (si así lo quieren) como la más valida y permanente.

Pero esta palabra también tiene en nuestros dias un sentido peyorativo. Los aspectos más negativos de la acción colonial europea en los siglos XIX y XX fueron resaltados estrategicamente por los imperialismos extra-europeos de reciente aparición, EEUU y URSS, para desplazar a Europa de sus áreas de influencia.

La llamada "descolonización" no fue ,en muchos casos , más que el conseguir que en los pueblos del Tercer Mundo dejaran de verse soldados ingleses, franceses, portugueses, españoles, etc..( y médicos, maestros, ingenieros...) y encontrar en su lugar empresas multinacionales estadounidenses o partidos de "liberación nacional" de obediencia soviética "progresista".

Y sin embargo, el imperar, se ha hecho notar en todas las culturas, desde las más antiguas (Grecia, Roma, Egipto, etc.) hasta las más modernas antes mencionadas.

El que se considere nefasto los imperialismos norteamericano y soviético es función, no del concepto de Imperio, sino de las filosofías que lo sustentan y que son en realidad las que tienen que aportar la carga positiva o negativa, y esas son las que en todo caso debieran responder ante la História, y no el Imperio.

Dicho de otra forma, lo alienante del imperialismo norteamericano no es el Imperio, sino la Democracia liberal-capitalista, y , analógicamente, lo nocivo del imperialismo soviético es la Democracia popular-marxista.

Por ello nuesta idea del Imperio, como plenitud en España, nada tiene que ver con los colonialismos de antaño ni con el neo-colonialismo económico e ideológico de hogaño. nuestro Imperio representa la Universalidad, aquella que representó el César Carlos frente a los localismos, ya fuera el del comunero en el interior o el del protestantismo aléman en el exterior.

Vocación universal, afirmación universal, o más sencillamente Hispanidad, son términos sinónimos de aquel que, sin carga peyorativa, puede sustituirlo con ventaja en nuestros dias.

En consecuencia nuestra estrategia ante el problema de la Unidad Nacional deberá tener claro:

- Que creemos en la unidad de destino de España.

- Que el acervo cultural -tomando ahora este vocablo en versión restringida- de sus regiones, provincias, comarcas y municipios, es el resultado de su proceso de su formación histórica en su 5ª época, y no el índice de supuestos derechos de una multitud cada dia mayor de naciones. Todas las formas de variedad españolas son, para nosotros válidas y defendibles, son producto de la Historia y, como toda ella, asumidas. ese mismo devenir histórico puede crear en el futuro formas nuevas, que, por qué no, deberán tambien articularse dentro de la unidad de misión que es España.

- Que aspiramos a una organización del Estado español en la que armonicen las áreas de autonomía material y formal de las diversas regiones y provincias, con las necesarias áreas de soberanía estatal sobre ellas. Pero quedndo siempre claro que la soberanía de rango superior es la nacional, la española, la cual delega parcelas de la misma, para un mejor funcionamiento del conjunto a las soberanías de rango inferior, regional,provincial, comarcal y municipal.

- Que la Unidad Nacional es el resultado del arduo trabajo de cientos de generaciones anteriores a la nuestra, y que debemos conservarla y acrecentarla como depósito sagrado para entregarselo a las generaciones posteriores. Si dilapidásemos el tesoro recibido, cometeríamos la peor de las villanias hacia las primeras, y el peor de los crimenes hacia las segundas.

- Que España es europea por imperativos históricos, geográficos y culturales. la fragmentación política de Europa impide su participación activa en la responsabilidad mundial y la delega al papel pasivo de observador de la Historia; por tanto, España y Portugal deben participar y asumir activamente la tarea de la construcción de una Confederación Europea dotándola de una nueva cultura -con raiz en la preeminencia de lo espiritual- que sustituya a las actuales implantadas de raiz materialista.

- Que nuestra esencia europea no nos puede apartar de nuestra vocación e identificación americanas. Defenderemos también, la tendencia a construir una Comunidad Hispanica de Naciones, fiel a nuestra historia y fundamental para el futuro del mundo.

- Que España debe ser un puente entre Europa e Hispanoamérica, constituyendo ello la misión universal de carácter primoridial para nuestro pueblo.

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