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marzo17

M.I.F. FASCISMO Y NACIONALSOCIALISMO.

M.I.F. FASCISMO Y NACIONALSOCIALISMO.

FASCISMO Y NACIONALSOCIALISMO.

La irresponsable y no disimulada amenaza del marxismo contra los valores en que se inspira la convivencia de las naciones occidentales tenía que despertar inexorablemente, y despertó, el miedo, no sólo en los que tenían que defender una propiedad privada pequeña o grande, sino en todos los que creían que la familia, Patria, religión, libertad, derecho, y todos los valores del espíritu son algo más que "prejuicios burgueses".

A todos los movimientos surgidos como consecuencia se les aplicó el nombre del primero: el Fascismo. Es muy discutible cientificamente el adjetivo "fascista" con valor genérico, ya que las diferencias entre todos estos movimientos no solo son accidentales, sino, en muchos casos, esenciales, pero existen algunos puntos comunes, especialmente: el intento de resucitar el propio "genio nacional" (así en Alemania el nacionalismo de base racista germánica, en Italia las glorias del Imperio Romano) y el miedo al marxismo.

El Fascismo se alimentó de este miedo, haciendose en muchos casos de él el motor de su acción, hasta el punto de que "fascismo y antimarxismo" se convirtieron en sinónimos. El marxismo aprovechó la coyuntura para azuzar esta identidad propagandistica, e incluso resaltó la de "antifascista" y "marxista", que le fue tan útil, y que en algunos casos lo sigue siendo.

Los llamados "fascismos" despertaron una serie de sentimientos e ideales dormidos en los pueblos como la conciencia nacional, el sentido del honor y de la milicia...,intentando integrarlas con un socialismo de corte nacional, que solucionaria la problemática económico-social. Pero de toda esa fuerza , eminentemente joven y revolucionaria, se aprovechó el capitalismo, que cedió parte de su poder, inicialmente, para poder seguir existiendo con su capacidad de explotación,haciendo en su mayor parte ineficaces los principios renovadores de las revoluciones fascistas.

Por su parte, el fascismo, en un plano político, recayó en algunos erores del marxismo, su enemigo. Así con la misma base hegeliana, por ejemplo, estableció el panteismo estatal. En lo social y económico, debido a la maniobra capitalista señalada, no resolvió el problema , sino que se limitó a pacificar, asignando al estado el papel de árbitro, guradián y juez de los problemas entre propietarios y asalariados; esta pretendida "armonización de Capital y Trabajo" -corporativismo en sus diversas facetas- solo atenuó los conflictos sin llegar a solucionarlos en su base.

De todas formas, el fascismo es un fenómeno inconcluso, truncado por la II Guerra Mundial. Si ya de origen su praxis precedió a la teroría, es lógico que el ambiente circundante de su época desenfoque los estudios que sobre sus bases teóricas se han intentado hacer

Sin embargo, conviene tener presentes ciertos hechos que indican intentos de superar la fase de socialismo moderado con que aparece a primera vista; para ello recuérdese que la medida tomada en la Alemania nacionalsocialista para sustituír el patrón oro, base de una filosofía economicista de una sociedad, por el patrón trabajo, constituye un golpe en el centro neurálgico del capitalismo, como ninguna socialdemocracia haya intentado jamas; o bien recuérdese la última fase del Fascismo -República de Saló o República Social Italiana- donde se saltó revolucionariamente del corporativismo subordinado o mixto imperante hasta principios de la II Guerra Mundial al Corporativismo Integral, planteándose líneas cuasi comunistas en lo social.

Así pues, sus posibilidades de futuro -como una posible síntesis con el liberalismo que ya apuntó Ortega-, quedaron en una incognita enterrada entre las cenizas de las ciudades destruidas por sus vencedores.

 

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