Blogia
marzo17

Manifiesto Ideológico Falangista

Manifiesto Ideológico Falangista

 

PROLOGO

Cuando el equipo redactor del presente Manifiesto se planteó el problema de hacer público un trabajo que respondiera a una visión de la ideología falangista, expresada en lenguaje y forma intelegible para nuestros tiempos, tuvo que tener presentes los siguientes condicionantes:

- La ideología falangista (Filosofía, Ética, Economía, Mística, etc.), no está aún, vertebrada como cuerpo ordenado de doctrina. Los textos fundacionales lo abarcan todo, pero no están sistematizados.

- Nuestra ideología es compleja y profunda. Sobre todo está muy entrelazada entre todas sus partes. Resumirla en pocos folios implica no poder abarcarla. Explicarla en mil folios implica que sólo será accesible para unos pocos. Pero es mejor conseguir una visión global, que una exhaustiva de alguna de sus partes.

- Dentro de los distintos grupos existentes, late, más que fuertes divergencias doctrinales, herencias de vivencias diferentes, ocasionadas por el dispar origen, método y desarrollo. Y esto, tanto en el espacio geográfico que han ocupado, como en el tiempo. Todos son hijos de una misma historia de la Falange, aún no entendida, y por tanto, aún no asumida.

- Nuestra ideología nace en un momento histórico determinado, y en él, pre-existe un ambiente cultural en el mundo y en España, dentro del cual cobra sentido nuestra peculiar forma de ser y estar. Por no conocer dichos parámetros hemos cometido bastantes errores.

- Es necesario empezar la labor de desarrollo ideológico, siendo conscientes del peligro que esto comporta. Los orígenes son inmutables , pero los caminos deben adaptarse a las épocas y circunstancias.

Por todo ello aspira a :

1- Asumir, entendiendo previamente, nuestra historia particular, ayudando así a resolver los atascos de los distintos grupos.

2- Dejar bien claro el ambiente cultural de la época fundacional, para así comprender mejor nuestro origen.

3- Exponer en el mínimo posible de folios la visión TOTAL de la ideología.

De aquí que este manifiesto tenga tres partes o bloques que se corresponden con lo anteriormente citado. Y sin embargo las partes aparecen entrelazadas para reforzar la visión del conjunto. Esperamos haberlo conseguido, o por lo menos, ayudar a que sirva para lograrlo.

La Unidad orgánica entre los grupos falangistas pasa, previamente, por la Unidad ideológica, y ésta es la que busca el presente trabajo: Unidad en la interpretación de nuestra historia, Unidad en la interpretación de nuestros orígenes y Unidad en la interpretación de nuestro desarrollo ideológico.

Cuando estos tres niveles estén conseguidos, y firmemente afincados en nuestros pensamientos, los otros (orgánicos) se darán por añadidura.

Lógicamente, la unidad más conflictiva estribará en el desarrollo doctrinal. Decir que lo fundamental de los textos fundacionales es inmutable y lo accesorio actualizable es fácil, conseguirlo es difícil.

Para comprender esto basta sólo un ejemplo. Toda ideología -si lo es en verdad- debe tener respuesta a cualquier problema vigente en la sociedad. La respuesta, es natural, debe ser fruto de sus coordenadas ideológicas, y, por supuesto, de su jerarquía de valores.

Si repasamos (desde 1975) las respuestas dadas por los distintos grupos se observa que:

-Hay diferencia en las conclusiones.

- Estas no son consecuencia de razonamientos lógicos, basados en los propios valores y esquemas ideológicos, sino que usan los de otras culturas tomando así el tono propio de ellas. Así surgen respuestas de izquierdas, de derechas, católicas, anarquistas, etc., o mezclas -no síntesis- de entre ellas.

Esto se debe a que aún no tenemos vertebrada una METODOLOGÍA DE ANÁLISIS FALANGISTA , y lo suplimos con la mejor voluntad, pero que no puede evitar los efectos señalados antes.

Desarollar una ideología (más difícil que el sólo actualizarla) es, por ejemplo vertebrar esta metodología con valores propios, de forma que las líneas maestras fundacionales resulten reforzadas y no debilitadas o desviadas. Peligros, estos últimos, que siempre estarán al acecho, pero a los que tenemos que enfrentarnos y vencerlos.

Por ello debe quedar bien claro que:

- Ya no queda entre nosotros quien tenga la suficiente credibilidad como para ser reconocido líder ideológico por todos los falangistas.

- Tampoco se ve, a corto plazo, que pueda surgir una nueva figura que reúna esas características.

Por lo tanto la vertebración y desarrollo de la ideología, sólo podrá decirse que se ha conseguido cuando la inmensa mayoría de los que se dicen falangistas lo acepten explícitamente.

Y esta mayoría (80-90%) debe lograrse simultáneamente en calidad y cantidad, pues el problema no es de simple aritmética.

Cuando esto ocurra podrá decirse que la unificación ideológica se ha alcanzado y que, ya puede prepararse la unificación orgánica. Y también, por fin, ya podrá pensarse en la elección del III Jefe nacional tras los dos únicamente habidos (José Antonio y Hedilla). Pensemos en la cantidad de "terceros" Jefes Nacionales que hemos conocido para comprender mejor lo anterior.

Lo delicado de la cuestión puede ocasionar, de no tomar las medidas oportunas, la aparición irreversible de más de una Falange.

Medidas estas que consisten en:

1 -Reconocer que todo lo que se avanza es provisional, a la espera de la confirmación del 80-90% de los falangistas (encuadrados o no), y tanto en calidad como en cantidad.

2 -Estar mentalizados para anular o modificar las conclusiones obtenidas si la unificación (de grado superior al último obtenido) lo requiere.

3 -Mientras se van consiguiendo nuevas unificaciones es necesario mantener contactos ideológicos con todos los grupos existentes, para así ir acompasando criterios y conclusiones al objeto de ir preparando el terreno, y sobre todo, evitar excesivos distanciamientos provocados por el aislamiento prolongado.

4 -Prohibirnos el mantener planteamientos ideológicos basados en necesidades estratégicas coyunturales.

En definitiva, la UNIFICACIÓN falangista es paso indispensable para pode unificar al pueblo español. Será un camino trillado de dificultades y quizás desagradable en algunos momentos, pero es inevitable tener que andarlo.

No podemos seguir predicando la unidad entre los hombres y las tierras de España, la superación de las divisiones artificiales de nuestra nación, mientras sigamos estando divididos y paralizados por pugnas internas idénticas a las que denunciamos en nuestro entorno.

Que Dios nos ilumine y la suerte nos acompañe.

Barcelona, mayo de 1982.

 

0 comentarios